"Cuando la muerte quiera
una verdad quitar de entre mis manos,
las hallará vacías"
(Cernuda)
Noviembre se abre hueco en las agendas de los que todavía estamos
en abril, ensangrentados, desatentos.
Se abre paso, ya digo, se establece
inevitable y macabro como un despertador,
como el banco que llama a recordarte
lo de tu cuenta descubierta.
Noviembre, teléfono, misantropía.
Las rozaduras semanales.
Las cicatrices de ayer y de mañana.
Y el mundo, honestamente deshuevado
de todos,
de cada uno de nosotros.
Y sin saber muy bien
nada de nada.
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